martes, 7 de noviembre de 2017

EXHORTACIONES(12-Octubre-2017)

12 de noviembre 2017
Lectura: Filipenses 2

Lecciones de Filipenses

Durante su segundo Viaje Misionero, nos dice Hechos 16 que Pablo y sus compañeros se encontraban en Frigia y Galacia. El Espíritu Santo les prohibió que fueran a Asia.

6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 
7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.

Pablo tuvo una visión de un hombre de Macedonia rogándoles que fueran allí.

9 Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.

Así que, fueron, y comenzaron en Filipos. El espíritu de la visión se ve en la forma que aceptaron la palabra de Dios prontamente.  Según lo que podemos deducir, parece que no hubo sinagoga, porque en el día de reposo, fueron al rio donde hacían oración los que adoraban a Dios.

13 Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido.

Nos dice que Dios abrió corazón de Lidia, y se bautizó ella y toda su familia. Parece que fue bastante insistente, pues nos dice el relato que les obligó a quedarse con ella.

Lo que sigue es el relato de la muchacha con espíritu de adivinación. Ella era esclava de sus amos y de su enfermedad. Por varios días, los siguió anunciando que Pablo y compañeros eran siervos del Dios Altísimo. Quizás le dolió a Pablo ver la condición de muchacha.

18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.

En este versículo, la palabra traducida “desagradando” viene de una palabra griega que significa “estando afligido.” Así que lo que de desagrado a Pablo no fue el hecho de que los seguía por varios días sino que le dolía ver la condición de la muchacha. Entonces, teniendo compasión de ella, le soltó de su enfermedad, y en esta forma, de sus amos. Y como sabemos, el resultado de este hecho era de que sus amos les llevaron a Pablo y a Silas ante las autoridades con cargos de que alborotaban la ciudad, un cargo falso. Las autoridades entonces los azotaron y los echaron en la cárcel, sujetándoles con el cepo. A la medianoche, Pablo y Silas cantaban himnos, a pesar del dolor de los azotes y el cepo, y sucedió un terremoto y el abrir de los portones de la cárcel. Lo que sigue es el relato del carcelero, el cual se bautizó con toda su familia después que Pablos les declaro la Palabra (33).

26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 
27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 
28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 
29 El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 
30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 
31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 
32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 
33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. 
34 Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.

Regresaron a la cárcel, y al día siguiente los magistrados enviaron a traerlos. Pablo les hace saber que son ciudadanos romanos, azotados y encarcelados sin juicio. Los magistrados entonces tuvieron gran miedo por haber hecho esto puesto que era contra la ley, y quizás pensando que el terremoto había sido un juicio divino. Les ruegan que se vayan. Pablo y Silas regresan a la casa de Lidia antes de irse. A lo mejor, Pablo hizo esto para dar un poco de protección a la nueva congregación en Filipos. Las autoridades tendrían miedo de traer persecución temiendo que Pablo revelara lo que les habían hecho.

La Carta a los Filipenses se escribió 4 ó 5 años después. Pablo se encontraba en la cárcel en Roma por su apelación a Cesar. Los Filipenses habían mandado una ayuda a Pablo.

18 Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.

Y él quería agradecerles esto y comunicarles que estaba bien. Es interesante en Filipenses que el tono de la carta es muy tierno, y casi no se mencionan problemas doctrinales.

Los temas principales de la epístola son:

Primero, Ser Unidos:
Esto tiene mucho sentido. Esta congregación contenía dos clases de gente muy diversas: Lidia, que era una mujer de alta clase con su familia, y el carcelero y su familia que eran más bien de la clase de obreros. Este tema aparece muchas veces en esta carta. Filipenses 1:1 dice así:

1:1  Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:

Cuando dice todos los santos, está enfatizando su unidad. Todo son santos, un solo grupo. Es interesante que a pesar de ser una congregación muy recién establecida, ya tienen obispos (ancianos) y diáconos (los que sirven) después de pocos años. Nuestras congregaciones siguen este mismo patrón. Los hermanos más experimentados son los ancianos, encargados con guiar la iglesia, una responsabilidad grande. Los diáconos son los que sirven en cualquier capacidad La palabra griega significa meseros. Por ejemplo, los que preparan comida, los que limpian, los que preparan clases, los que participan en comités, etc. Todos podemos ser diáconos en la iglesia. Necesitamos buscar en qué podemos servir, y hacerlo para el Señor.

Busquemos otros pasajes que contiene el mismo tema de unidad:

1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,

Mismo espíritu, unánimes.

2:1 Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 
2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa
3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 
4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

Comunión, mismo, unánimes, misma cosa.

2:14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. 
16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.

4:2 Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.

En este último pasaje, quizás vemos las personas más responsables por la división que parece haber existido en esta congregación. Desafortunadamente, Pablo tuvo que nombrar a estas dos hermanas, preservando por todas las generaciones el hecho de que no se llevaban bien.

Y aquí en estos pasajes, vemos unas buenas lecciones para nosotros. Tenemos que ser unidos en nuestra vida espiritual. Somos mucho más fuertes si nos apoyamos, nos ayudamos. Debemos buscar formas de ayudar a nuestros hermanos.

El segundo tema que vamos a considerar es el del gozo, el regocijo. Este tema también aparece varias veces en la carta.

Cuando se trata del hecho de que algunos están predicando Cristo por envidia o contienda, Pablo se goza de que Cristo sea predicado, aunque por motivos negativos, diciendo lo siguiente en Filipenses 1:18:

18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.

En Filipenses 1:25-26, Pablo dispuesto a seguir trabajando para el bien de ellos para que abunde su gozo y fe.

25 Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, 
26 para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.

En Filipenses 2:2, le da gozo a Pablo que sea de la misma mente. Él dice:

2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.

En Filipenses 2:17-18, a Pablo no le importa que tenga que dar hasta su vida por bien de ellos, se regocija de esto, y quiere que ellos se regocijen también.

17 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. 
18 Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.

En Filipenses 2:25, 28-29, Pablo les dice que les manda a Epafrodito de nuevo para que tengan gozo al verle. Epafrodito fue él que llevó la ofrenda de ellos para Pablo, y llevó la carta al regresar a ellos.

25 Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades; 

28 Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza. 
29 Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él;

En los capítulos 3:1 y 4:4, les exhorta directamente a que regocijen en el Señor.

3:1  Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.

4:4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

En Filipos, la vida no era fácil. Estaban rodeados por una cultura muy contraria y en contra de lo que creían. Sufrían de persecución y otros desafíos por su fe.

Así que esta es una buena exhortación para nosotros. El gozo no es una reacción sino una decisión.

Para muchos a nuestro alrededor, el gozo es una reacción cuando algo agradable le sucede a uno. Si las cosas van bien, la gente se regocijan. Para los discípulos de Cristo, el gozo es una decisión a pesar de cualquier cosa que nos pueda suceder. Pablo y Silas dieron el ejemplo cuando cantaban himnos de alabanza en la cárcel a pesar del dolor, vergüenza e incomodidad que sentían. Así que, el gozo no es una reacción sino una decisión.

Entonces, debemos tener gozo, a pesar de cualquier problema o desafío que tengamos. Y debemos ser unánimes, apoyando los unos a los otros. Como dice 2:4:

4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

Y en los versículos siguientes, Pablo nos dirige hacia el Señor, a quien recordaremos hoy en el pan y vino, Cristo siendo el ejemplo perfecto de lo que debemos hacer en la vida espiritual. Leamos Filipenses 2:5-11 para concluir.

5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Hermano David Collister (Verdugo Hills, EEUU)


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